Llega la época de frío, y casi siempre nos pilla desprevenidos. En muchas ocasiones, tras pasar una temporada de insatisfacción respecto a nuestro sistema de calor en el hogar, empezamos a plantearnos cuál utilizar el próximo invierno, pero, como siempre, se nos echa en tiempo encima y, de repente, llega el próximo otoño y nos encontramos con que no hemos solucionado este problema.
Por ello, vamos a hablaros sobre los sistemas de calefacción que pueden resultar más eficientes, más económicos y, sobre todo, que mejor se adapten a las condiciones de vuestro hogar.
Estufas de pellets
Desde hace unos años se están poniendo de moda este tipo de sistemas, ya que el precio de adquisición de este producto es realmente bajo, se dispone de mucho material para utilizar (ya que se vende en grandes cantidades que resultan económicas) y, además, el mantenimiento de las mismas se puede realizar en casa: limpieza, nuevas cargas…
Estufas de leña
Dependiendo del lugar en que vivamos, las chimeneas de leña pueden resultar más o menos económicas. No suele ser un elemento difícil de encontrar y tampoco es caro, pero si vivimos cerca de la montaña es más probable que nos la vendan a un precio muy económico o que seamos nosotros mismos quienes la recojamos. En cambio, si vivimos en una ciudad, es probable que nos la cobren a un precio más caro. Lo más recomendable es comprarla meses antes y dejarla secando en un lugar donde le dé el aire. También es necesario realizar una limpieza diaria y tener en cuenta el deshollinado cada cierto tiempo para que no nos cause problemas.
Bomba de calor
Sin duda, lo más cómodo para el hogar. El mismo sistema que durante el verano nos proporciona un alivio con el aire acondicionado, en invierno nos caldea el hogar de modo que resulta una buena alternativa para tener las diferentes estancias cálidas. El coste que significa ello es el de una elevación en la factura de la luz, pero su mantenimiento es mínimo.
Calefacción eléctrica
Otro de los sistemas de gran comodidad para sus usuarios. No requiere ningún tipo de mantenimiento, pero, por otra parte, el consumo de electricidad se dispara bastante. Se trata de unos sencillos radiadores que van enchufados a la luz y que podemos encenderlos o apagarlos, así como también cambiarlos de lugar, dándoles la cantidad de calor que necesitemos en cada momento.
Gas natural
Los clásicos radiadores colocados en las paredes con una imagen similar a la calefacción eléctrica, únicamente que estos llevan sus tuberías por dentro (o por fuera) de las paredes del hogar, calentando así no sólo las estancias que tienen radiadores, sino todas aquellas por donde pasan las tuberías. El precio no es los sistemas más caros del mercado, aunque tampoco resulta del todo económico. El mantenimiento que necesita es el de las revisiones que realiza temporalmente la empresa encargada de ello, sin ningún coste adicional.
Al final, se deben barajar los pros y los contras que nos supone cada uno de estos sistemas y decidirnos por aquel que nos vaya a resultar más cómodo y económico, además de que cubra las necesidades que andamos buscando.
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